El autoperdón, sustento del amor propio

Hablar del autoperdón es hacer mención de uno de los viajes más hermosos que puede atravesar el ser humano. Prácticamente, se nos va la vida entre un sueño y el otro, pasado-futuro, no es malo, si tenemos autocontrol y sabemos manejar las situaciones. A este pensamiento, agregamos resentimiento, culpa, lágrimas al vacío, quejas, desorden interior y exterior; en sí, un sendero sin bienestar.

 Indiscutiblemente, debemos buscar la manera de sentirnos sanos desde el corazón, desde la raíz. Es cierto que necesitamos que nos perdonen y esta acción, muchas veces, la logramos. Sin embargo, lo que realmente nos va a permitir disfrutar a plenitud, nos lo negamos, el autoperdón. “Vivir este momento es una muestra de amor propio, valoración, crecimiento personal, aprecio por vida, cambio, entrega, renacer con luz propia y permanente”. 

Resulta una decisión muy difícil; ya que, la mente se deja llevar de los recuerdos, que poco a poco, calcinan el corazón. Para evitar este trago amargo, de mucho dolor, que en ocasiones, se convierte en una enfermedad mental, dejando huellas en la salud física, es recomendable buscar ayuda profesional. Es aquí, cuando la vida se torna diferente y empezamos a vivir un nuevo YO. 

Para Minerva Cerda, psicóloga educativa, “es la necesidad de reconciliarse consigo mismo y darse la oportunidad de comenzar de nuevo; es un encuentro personal, en el cual se trabaja para eliminar el resentimiento, la culpa, el remordimiento, entre otros sentimientos”. 

Según la especialista, la ausencia del autoperdón conlleva a vivir una vida en el pasado, sin disfrute. Esta acción puede desencadenar en condiciones mentales y físicas; entre las que mencionó: problemas pulmonares, estrés, taquicardia, relaciones interpersonales dañinas y muchas más. 

Resaltó que, “las personas que no tienen la capacidad de salir de este trance, viven malhumoradas y no se deleitan en el aquí y el ahora”. También, aprovechó para poner de manifiesto algunos frutos de este maravilloso regalo; la paz interior y exterior que se proyecta, mejores condiciones de salud física y mental, comunicación afectiva, buen humor; en sí, un nuevo ser.  

No perdonarse es sinónimo de estancamiento mental, físico y profesional. Buscamos respuestas y no las encontramos; es que la falta de perdón oscurece nuestro andar y por más que queramos avanzar, la historia es la misma. 

“El autoperdón es una reconciliación personal, es abrir el corazón a una nueva oportunidad”.  


Oscar Fhernando 

Comunicador social 

Santiago, República Dominicana

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